Ningún intento de disfraz puede ser tan perfectamente igual a su "imitado" que logre tomar incluso su naturaleza sin perder la propia. Por ejemplo, por más que un hombre se disfrace de vaca no llegará jamás a convertirse en una verdadera vaca que rumie y de leche... escasamente logrará imitarla en el mugir. Por otro lado, si bien tomara completamente la naturaleza de su imitado perdería la propia, por ejemplo (ya refiriéndonos a disfraces más metafóricos), la caña deja de ser caña para convertirse en panela, o la uva deja de serlo para convertirse en vino... han perdido sus propiedades para convertirse en su disfraz.
El mejor "disfrazado" del mundo puede tomar totalmente la naturaleza de aquello en lo que se esconde sin dejar de ser si mismo en la plenitud de su naturaleza... el mejor "disfrazado" del mundo es Jesús Eucaristía que siendo totalmente Dios y totalmente Hombre se disfraza de la naturaleza del pan... huele a pan, sabe a pan, se ve como pan, se siente como pan, se parte como pan, pero es Jesús... Conservando todas las propiedades del pan incluso las ha perfeccionado: el pan calma el hambre y sacia el cuerpo, Cristo Eucaristía calma el hambre de Dios inherente en todos y sacia nuestro espíritu; el pan alimenta, ahora Cristo Pan es alimento de vida eterna.
Es tan perfecto su "disfraz" que hasta los más sagaces ojos lo confunden y lo creen ausente... es tan perfecto que es necesario incluso poseer nuevos ojos para poder descubrirlo, y estos son los ojos de la fe. Quien quiera atreverse a "desenmascarar" a Cristo en la Eucaristía debe arriesgarse a tener los ojos de la fe, los mismos que la Panagia, la Inmaculada posee y regala a quienes sinceramente le aman.
Madre del Pan de Vida, regálanos tus ojos para ver tras el velo sensible del pan a nuestro Creador y Redentor!
Impresionantemente bueno.
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