sábado, 14 de mayo de 2011

Diálogos con el Corazón de Jesús

Alma.

Lo primero que se necesita es un corazón... ¿Dónde hallaré uno? El que viene por defecto funciona muy bien. Bombea correctamente la sangre a todo el cuerpo y no presenta ningún tipo de arritmia o enfermedad. Pero... no tiene recámaras de combustión y no se inflama fácilmente.

La verdad es que es necesario reemplazar ese corazón humano por uno divino, que tenga inyección de combustible y chispa propia. Sólo el corazón de Jesús y el de María están diseñados para arder a temperaturas infinitas, mientras que el estandar, es decir, el mío, no soporta temperaturas sino apenas superiores a la temperatura corporal.

Todos hemos comprobado lo que acabo de decir. Es sino ver cómo una mujer pierde la cabeza (y el mismo corazón) por un hombre que le atrae. Un par de miradas o de palabras bastan para recalentar ese pecho y echar a perder el corazón.

¿Qué hacer? Pues fácil (creo yo). Es necesario reemplazar el corazón original por uno totalmente nuevo, que arda sin estropearse y ante todo que arda por lo que verdaderamente tiene que arder: por el verdadero amor. ¿Dónde conseguiré ese nuevo corazón? ¿Cuál es el precio de ese repuesto?

...
Antes de que mi corazón fallara, me puse en la tarea de encontrar uno, pero no encontré más que corazones remanofacturados o imitaciones chinas, incluso encontré corazones importados, pero comprobé que no llegan a la talla de Cristo.

Un día, cuando todo estaba oscuro... el Corazón de Jesús me encontró a mí. Pero, ¡vaya sorpresa! no me sirvió... no encajó en mi pecho. Intenté acomodarlo de mil maneras distintas, pero no sirvió, ¡todo fue inútil! y lloré y lloré. ¿Acaso estoy condenado a fundir mi corazón por un amor humano? -pensé- y lloré nuevamente y sin consuelo... amargamente lloré.

No sé cuánto tiempo pasó, ¿días o quizá años? en verdad no lo sé.

Una noche, aquel Corazón ardiente de mi Jesús volvió a hablarle al mío y me dijo:

Corazón de Jesús:
Mi corazón es demasiado grande y puro para entrar en tu pecho. Además, yo no te di un corazón defectuoso. el que ahora tienes lo escogí precisamente para ti ¿Por qué quieres cambiarlo?

Alma:
Pensé que había que cambiarlo...

Corazón de Jesús:
Sí, has hablado bien. Tienes que cambiar tu corazón, mas no puedes reemplazarlo. Yo te daré un mi corazón para que el tuyo sea semejante al mío, no para que deseches el tuyo.

Para cambiar tu corazón tú tienes que entrar en el mío y vivir allí. Pero ¿vez la entrada? Sólo hay dos vías de acceso a mi Corazón.

¿Vez la herida profunda que tiene mi costado? Es grande por la lanza, pero es muy pequeña comparada con mi amor. Si quieres entrar en mi corazón debes dejar que yo te haga pequeño como esa herida... muy pequeño... sino no podrás entrar.

La otra entrada a mi corazón es el corazón de mi Madre. si vives en su corazón, entonces estarás inmediatamente dentro del mío, porque el Inmaculado corazón de María ya está perfectamente insertado en el mío, porque su corazón es mi corazón. Si amas a María con todas tus fuerzas, entonces entrarás en su corazón y por ende en el mío, y vivirás allí y así podrás cambiar tu corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario